03 septiembre 2011

Accidentes del 2 de septiembre en la historia aérea nacional chilena

Ocurrió un 2 de septiembre...

De Havilland DH.9 93 LINARES, de la Aviación Militar chilena pre-1930, similar al 96 TALCA cuya historia es relatada acá
A propósito del accidente que afectó ayer al CASA 212 de la FACh. Los registros de accidentes aéreos ocurridos en Chile o a aviones chilenos un día 2 de septiembre comienzan con el capotaje en 1922 del de Havilland DH.9 registrado con el número 96 y el nombre TALCA en la localidad de Castellanos, Argentina. El avión del servicio de Aviación Militar nacional, que era tripulado por el capitán Federico Baraona Walton y el pasajero y corresponsal Ernesto Ried Silva, formaba parte de un vuelo ordenado por el presidente Arturo Alessandri R. a Río de Janeiro, Brasil, y cuyo objetivo era llevar los saludos del pueblo chileno a ese país atlántico en la conmemoración de un nuevo aniversario patrio. El viaje –notable para la época por su extensión y por la falta de ayudas aéreas– estaba compuesto por dos aviones del mismo tipo, siendo el otro tripulado por el capitán Diego Aracena y su pasajero, el ingeniero Arthur Seabrook (quienes caerían poco después cerca de Río de Janeiro, a poco de cumplir la misión). El TALCA resultó muy dañado y sus principales partes arribaron a Chile en julio de 1924 para reparaciones. Los dos involucrados resultaron ilesos.

Nardi FN.305 número 2 de la FACh, similar al acidentado en 1938
En 1938 se produjo otro hecho, esta vez de consecuencias desastrosas. A las 10.45 horas, mientras hacía una práctica de vuelos que debía limitarse a efectuar aterrizajes, el avión de entrenamiento Nardi FN.305 número 8 de la Escuela de Aviación de la FACh hace un looping a 1.000 m y cae sin control, destruyéndose totalmente en la chacra Santa Laura, cerca de la Escuela. No se pudo establecer la causa del accidente, aunque se opinó que el piloto se equivocó al intentar una acrobacia en un avión desconocido para él y que volaba recién por segunda vez, ignorando las condiciones aerodinámicas –no era acrobático- y los controles pesados de éste. Resultó muerto el teniente 1º Renato Ortega Fredes y el avión terminó totalmente destruido. Digamos que este accidente fue uno de muchos que sufrieron los numerosos aviones europeos adquiridos por la FACh a fines de la década de los ’30 en Italia y Alemania –antes de la guerra mundial- y que hicieron que lo que quedaba a comienzos de los '40 de ese material fuera pronta y polémicamente dado de baja.

Stinson 108-3, similar al del accidente de 2 de septiembre de 1963
En 1963 se produjo otro hecho, aunque muy menor. En el fundo Haras Los Cóndores, 4 km al sureste de San Bernardo, aterrizó de emergencia el Stinson 108-3, CC-PMO 0281, c/n 108-4147, a los mandos de su dueño, Víctor Volante Serra. Al llegar a El Bosque, el piloto no encontró visibilidad ni techo, por lo que trató de volver a Rancagua, encontrando la ruta al sur totalmente cubierta de nubes. Por lo mismo, aterrizó de emergencia en un claro, saliendo en vuelo más tarde con dirección a Tobalaba. Los daños fueron leves.

En 1964, en el fundo Los Coigües, Nueva Imperial, falló el motor del Stinson 108, CC-KLG, c/n 108-991, del Club Aéreo Coquimbo-La Serena. Mientras despegaba, le falló el motor por haber agua en la bencina. Chocó contra un cerco al final del potrero que era usado como cancha. El piloto era Enrique Navarrete Suárez, quien salió ileso, y el avión sufrió varios daños.

Piper PA-32-300, CC-ETD, c/n 32-40770 de la Dirección General de Investigaciones
En 1971 ocurrió otro accidente, esta vez tremendamente trágico. Afectó al Piper PA-32-300, CC-ETD, c/n 32-40770 de la Dirección General de Investigaciones, avión que resultó extraviado en un vuelo entre Colombia y Ecuador, mientras volvía de su misión como avanzada de inteligencia con motivo de la gira del presidente Salvador Allende a Ecuador, Colombia y Perú. Luego de haber cumplido con sus tareas en los distintos países mencionados, al volver a Chile fue declarado en DETRESFA (sin combustible) por los centros de control de Colombia y Ecuador. Murieron los pilotos Víctor Binder Robles y Anton Bakx Brath, y el inspector Sergio Alcaíno Duchens. Ya me referí extensamente a este accidente al escribir en este mismo blog la historia de la aviación de los detectives chilenos.

Cessna 172G
En 1978 se produjeron dos accidentes. El primero afectó al Cessna 172G, CC-SMC, c/n 17254863 del Club Aéreo de Puerto Montt y ocurrió en el aeródromo La Paloma a las 15.00 horas de ese día mientras hacía un vuelo La Paloma – Cochamó. A poco de despegar, le falló el motor; el piloto viró a la izquierda para retornar a la pista y el avión perdió sustentación, cayendo a tierra. El aparato resultó muy destruido y la gente a bordo resultó con lesiones de consideración: Gunther Stange Wistuba, Víctor Cabrera Contreras, Juan Barra Muttel y Nelly Donker Donker.

El Fairchild F-27A CC-CBQ, avión del relato de abajo
El mismo año 1978 se produjo otro hecho que revistió características muy extrañas. Se trató del vuelo 042 regular de carga Santiago – Antofagasta – Iquique – Arica, que tenía por finalidad repartir el diario La Tercera en esas ciudades. A las 22.50 horas, cuando rodaban al cabezal de despegue en Los Cerrillos, el piloto advirtió una persona extraña en el costado de la diagonal norte, la que poco después se arrojó de frente contra el motor derecho, muriendo. El avión involucrado era el Fairchild F-27A, CC-CBQ, c/n 76, de Transportes Aéreos Norte Sur y Cía. Ltda., y estaba tripulado por Óscar Bonilla Menchaca, Raúl Pizarro Espinoza y Óscar Eggers Reuss. El suicida fue identificado como Hernán Rodríguez Toro.

Piper PA-12 Super Cruiser
En 1982, en el aeródromo de Chillán, por mala operación al aterrizar, capotó el Piper PA-12 Super Cruiser, CC-SHH, c/n 12-2246, del Club Aéreo de Chillán. Era tripulado por Georg Packmor Peyda, quien salió ileso, y el avión resultó con daños leves. En 1984, por su parte, en el aeródromo de Tobalaba resultó accidentado el Cessna 172 CC-PKG, al mando de Óscar Villena Cortez.

02 septiembre 2011

Accidente en isla Robinson Crusoe

Grave accidente de transporte CASA 212-300 de la FACh

Teniente Carolina Fernández, piloto del CASA 212
accidentado hoy (foto, LUN)
Mientras comienzan a fluir las informaciones y detalles del accidente sufrido en la tarde de hoy viernes 2 de septiembre de 2011 por el transporte CASA 212-300 número 966 de dotación del Grupo 8 de la FACh, resulta interesante dar un breve vistazo a los aspectos más básicos de la trayectoria en nuestras FF.AA. del tipo de avión involucrado en el luctuoso hecho. Consignemos que el accidente de hoy ocurrió en el archipiélago Juan Fernández, en la pista de la isla Robinson Crusoe, mientras el bimotor hacía esfuerzos por aterrizar en la pista de dicha localidad insular nacional, en una jornada de buen clima pero -aparentemente- de mucho viento cruzado que afectaba al sitio del descenso. Veintiún personas iban a bordo.

Las tres instituciones de la defensa nacional son usuarias desde hace largo tiempo de los aviones de transporte CASA 212, un bimotor ala alta de origen español, especializado en el transporte táctico militar de baja densidad.

CASA 212-100 naval (foto, Armada)
La Armada recibió en agosto de 1978 los dos primeros aviones CASA 212-A11 (Serie 100), los que fueron asignados al Escuadrón de Propósitos Generales VC-1. En noviembre del mismo año recibió otros dos aparatos similares. Los aviones recibieron los números de orden 145, 146, 147 y 148, con los c/n 134, 135, 137 y 141, respectivamente. Fue precisamente el 148 el que se accidentó en las cercanías de La Ligua el 15 de octubre de 1986, con una decena de fallecidos y el avión completamente destruido. Los otros tres aparatos continúan prestando servicios hasta el día de hoy. Cabe recordar que a estos aviones navales les correspondió interesante protagonismo en el cuasi enfrentamiento bélico contra Argentina en 1978.

CASA 212-100 del Ejército (foto, I. Siminic)
El Ejército, por su parte, recibió sus únicos seis CASA 212-A10 (Serie 100) en agosto de 1978. Los aviones fueron numerados 210 a 215 (con los c/n 103, 106, 107, 117, 118 y 126, respectivamente). Además de otros accidentes menores que afectaron a dicho material y que no viene al caso relatar ahora, fue el 212 el avión que se accidentó a la salida del aeródromo de Rancagua el 23 de diciembre de 1995, quedando muy destruido. El Mercurio informó que a bordo iban 22 personas, entre ellos 17 deportistas del club de paracaidismo Boinas Negras, saliendo todas heridas de diversa consideración. Entiendo que uno de los pasajeros posteriormente falleció a consecuencia de las heridas recibidas.

Pero el desastre fue mucho más dramático el domingo 6 de agosto de 2000, cuando se vio afectado otro de los aviones del tipo operados por esta institución. Se trató del CASA 212-AB10 (Serie 300) registrado como 230, uno de tres aviones que habían sido adquiridos por el Ejército en enero de 1997 (230 a 232, c/n 454 a 456) y que arribaron a Chile en marzo siguiente. El 230 resultó extraviado en Chaitén a las 15.54 horas del día señalado, mientras hacía un vuelo entre Rancagua, Tobalaba y Coyhaique.

El CASA 212-300 accidentado en Coyhaique (foto, I. Siminic)
A las 14.00 horas de ese día descendió en El Tepual para reabastecerse de combustible, desde donde despegó a las 15.15 horas. 39 minutos después, estando al menos a 15 millas al SE de Chaitén, el piloto, capitán Andrés González Tissinetti, reportó excesiva acumulación de hielo en las alas y avisó retorno a Puerto Montt, perdiéndose entonces el contacto. Fue encontrado totalmente destruido por haber chocado contra una ladera del volcán Michimahuida, a 28 km de Chaitén, el domingo 20 de agosto de 2000, luego de una extensa búsqueda. Todos sus ocupantes resultaron muertos, entre ellos los dos pilotos, dos mecánicos y diez pasajeros civiles.

El CASA 212-300 Nº 966 de la FACh accidentado en el archipiélago (foto, I. Siminic)
La Fuerza Aérea, en tanto, recibió sus primeros CASA 212-200 en febrero de 1994, arribando a Chile en marzo siguiente y siendo asignados al Grupo de Aviación Nº 1. Estos dos aparatos fueron registrados 960 y 961 (c/n 350 y 355, respectivamente). En julio del mismo año la institución recibió otros dos aviones, siendo esta vez CASA 212-300, los que fueron registrados como 965 y 966 (c/n 442 y 443, respectivamente). Los aparatos fueron asignados a Grupo de Aviación Nº 5. Ninguno de éstos se había visto involucrado en algún accidente, hasta el trágico hecho acaecido el día de hoy.

CASA 212-200 de la FACh, con el esquema de color actual (foto, FACh).

21 agosto 2011

Accidente en Lota

Accidente fatal de Piper PA-30

Piper PA-30 CC-CTT (c/n 30-490) (foto, internet)

La prensa local informa del accidente en Lota de un avión de la empresa Aero Transportes Araucanía Ltda. El aparato fue un Piper PA-30, c/n 30-490, matrícula CC-CTT. Hubo dos muertos: el piloto y el único acompañante.

Este avión fue fabricado en 1964 y llegó a Chile el mismo año adquirido por Gustavo Valenzuela Rodríguez, para operarlo desde Eulogio Sánchez como CC-PDQ. Luego de varias transferencias entre locales chilenos, este bimotor llegó a Aerotransportes Araucania en 1997, donde asumió la matrícula CC-CTT a contar del día 10 de septiembre de ese año.

Dentro de su vida operativa este aparato contaba con otros dos accidentes menores. El primero ocurrió el 3 de febrero de 1966, como CC-PDQ y cuando acumulaba 308 horas de vuelo. Hacía un vuelo entre Temuco y El Tepual, cuando al llegar a Lanco el piloto -Edmundo Deppe- decidió devolverse por el pésimo clima que encontró en la ruta. Aterrizó en una cancha arada en Gorbea y cayó en un hoyo. Cuatro días después fue sacado en vuelo, despegando desde la carretera Panamericana.

El segundo hecho ocurrió el 17 de junio de 1978, mientras operaba como CC-CFO desde el aeródromo La Florida, de La Serena, en un vuelo local. A poco de despegar, el piloto -Ramón Serey- sintió olor a quemado. Había fallado el sistema de retracción del tren de aterrizaje. Decidió volver a la pista, bajó manualmente el tren, y luego de correr por unos 60 metros, el tren se retrajo totalmente, sufriendo los daños típicos de este tipo de hechos.

15 agosto 2011

Hemos publicado, XLII

Flap Internacional 2011
Ya está en circulación la revista Flap Internacional de julio-agosto de 2011, dedicada a dar un detallado vistazo a las fuerzas de aviación militar en Latinoamérica. Me correspondió redactar el informe sobre Chile, en mi calidad de corresponsal de esta publicación en el país.


29 noviembre 2010

Rerum Cognitio Alas Impellet 2010

Nuevos libros de la Academia de Guerra Aérea
La Academia de Guerra Aérea de la FACh, a través de su Departamento de Investigación y Difusión, publicó recientemente dos nuevos títulos, pertenecientes a su colección denominada “Obras Selectas”. Se trata de los trabajos “Poder Aéreo: Mitos y Realidades”, del autor Phillip Meilinger, y “Poder Aéreo y Parálisis Estratégica”, que incluye interesantes artículos de los autores David S. Fadok y otros.

La colección “Obras Selectas” ya suma siete ejemplares, en un proceso de edición iniciado el año 2008, con títulos como “El Arte de la Guerra” (Sun Zi), “La Campaña Aérea” (John Warden), “El Dominio del Aire” (Giulio Douhet), “Los Caminos del Cielo” (Phillip Meilinger) y “El Poder Aéreo, Clave de la Supervivencia” (Alejandro de Seversky). Esta serie de trabajos tiene por objetivo proporcionar a los integrantes de la FACh un medio de perfeccionamiento profesional, mediante la publicación de trabajos de investigación destinados a incrementar el conocimiento tanto del empleo del poder aéreo, como de temas de índole militar en general.

16 noviembre 2010

Hemos publicado, XLI

FLAP Internacional
Ya están en circulación los dos números especiales anuales de la tradicional revista brasileña de aviación FLAP Internacional. Como corresponsal en Chile, este año me tocó nuevamente hacer ambos reportes en lo concerniente a nuestro país.

El primero fue publicado en julio-agosto y trata sobre las aviaciones militares latinoamericanas. El segundo, recién aparecido, lista las principales compañías de aviación latinoamericanas.

09 noviembre 2010

Hemos publicado, XL

Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos
En el reciente número 115 de la revista Política y Estrategia, de la ANEPE, aparece mi artículo "Fuerza Aérea de Chile, historia e identidad nacional", publicado en representación de la Academia de Guerra Aérea de la FACh. Es una edición especial de la destacada publicación que aborda el aporte de la Defensa Nacional en los 200 años de la independencia de Chile y cuenta con las colaboraciones de destacados autores del área y con muy interesantes escritos. He aquí el resumen:

En la conmemoración de los 200 años de la independencia de Chile, es necesario conocer parte de la historia de los hombres e instituciones que han contribuido decisivamente al logro de los objetivos nacionales. Entre éstas se encuentra la Fuerza Aérea de Chile como institución fundamental de la república, la cual ha enfocado sus esfuerzos en garantizar la integridad territorial, contribuir a la proyección internacional, cooperar a la disuasión, apoyar el desarrollo y la cohesión nacional y fomentar los interés aeroespaciales, siendo protagonista en un gran número de eventos de amplia significación nacional...

10 octubre 2010

Hemos publicado, XXXIX

Academia de Guerra Aérea, FACh
En la más reciente edición de la revista MINERVA (Nº 66, agosto 2010), editada por Investigación y Difusión de la Academia de Guerra Aérea, aparece mi artículo titulado "Irán nuclear: aspectos de su desarrollo y la eventualidad de un desenlace militar". 34 páginas.

12 septiembre 2010

"Honores para Sánchez Besa..."

Al César lo que del César y adiós al Séptimo de Línea

Nuevamente, los "inspirados de turno" –esta vez una pareja de documentalistas– proponen cambiarle el nombre al aeropuerto de Santiago. Por lo menos así se desprende de la crónica de El Mercurio de hoy 12 de septiembre, diario que trae una nota acerca de la importancia de José Luis Sánchez Besa, constructor aeronáutico chileno destacado en la Francia de principios del siglo pasado. Según los documentalistas Iván Godoy y Yanko Rosenmann –quienes pretenden exhibir su trabajo dentro de un par de semanas–, "en Chile no existe ninguna plaza o calle con el nombre de Sánchez Besa... El aeropuerto debería tomar el nombre de este pionero, lejos el aviador más importante que ha tenido el país... Esto no es un acto voluntarioso, sino uno que surge tras años de investigación...".

A ver. Podría decir que la primera impresión que tengo luego de leer a estos señores es de sorpresa. Pero no. En realidad pienso que, al igual como ha ocurrido otras veces en el mismo tema de querer cambiarle el nombre al aeropuerto, quienes con una candidez notable creen estar haciendo una propuesta de justicia al pretender rebautizar al par de pistas que tenemos en Pudahuel luego de haber descubierto a algún personaje notable de nuestra historia, en realidad incurren en un entusiasmo desmesurado e injustificado, propio de quienes desde la ignorancia más absoluta aterrizan de golpe y porrazo en un tema vistoso –el aeronáutico–, y que –de paso– no tienen más méritos conocidos en estas materias que los derivados de su trabajo más reciente, esto es un documental que nadie todavía ha visto. O sea, una patudez digna de mejor causa.

Primero, que estos señores, a propósito de su trabajo, mucho hayan aprendido a querer y admirar las cualidades de Sánchez Besa, no por eso adquieren mérito suficiente para desconocer –como lo hacen– los blasones de otros tantos sujetos, civiles y militares, que en la mayoría de los casos se descrestaron por imaginar, fundar y desarrollar a la aeronáutica nacional: sus nombres son muchos y yo no voy a entrar a detallarlos aquí. Así como tampoco voy a explayarme sobre los méritos del ciudadano Arturo Merino Benítez, un connotado militar y aviador de su época, el que por algo es conocido como el fundador de varios “asuntos aeronáuticos” durante el tiempo que Dios le dio en esta tierra. Como dice el título de una serie de televisión que acaba de terminar, “algo habrá hecho por la historia de este país” el señor AMB como para que su nombre haya sido dado a nuestro principal terminal aéreo. Buena cosa sería que los señores Godoy y Rosenmann dedicaran un tiempo a instruirse acerca de esto también, que de seguro se llevarán una sorpresa.

Por otro lado, ellos sostienen que “no hay calle o plaza alguna bautizada en honor a Sánchez Besa”. Por mi parte, entiendo que una de las avenidas del mismo aeropuerto AMB tiene efectivamente el nombre del chileno, por lo que dicho argumento ya es una falsedad en sí mismo. Y nuevamente revela desconocimiento. ¿Que se podría aumentar la entidad del homenaje al constructor chileno?: claro, por qué no. Si no es ese el punto. Pero desvestir a un santo para vestir a otro –una costumbre tan nuestra, por lo demás– no es la solución adecuada.

¿Fue Sánchez Besa el aviador más importante que ha tenido Chile, como “por lejos” lo sitúan los señores Godoy y Rosenmann? Ellos, luego de su profundo trabajo, opinan que sí. Yo creo que el tema es opinable, aunque cualquier comparación debería hacerse no por ranking de popularidad, como se acostumbra a hacer las cosas de este tipo en Chile (claro, apelando a la sabiduría y profundo compromiso con la historia de nuestra tan reconocidamente ilustrada, estudiosa y lectora actual población nacional), sino sobre bases objetivas, las que no existen en este caso. Por lo demás, un mínimo conocimiento de temas de aviación debería darle a los aludidos documentalistas la perspectiva suficiente como para darse cuenta de que si de “constructores aeronáuticos” se trata, en la aviación nacional los ha habido algunos de “aviones” y otros de “instituciones”. Es decir, unos se dedicaron a dar forma a aparatos voladores que naturalmente se quedaron atrás junto a la propia historia de su tiempo, y otros se lanzaron en la aventura algo más arriesgada de crear entidades que aún hoy existen como obras vivas , de dilatada trayectoria histórica y, además, enteramente vigentes. Y eso que yo no soy un admirador a fardo cerrado de lo que hizo el señor Merino Benítez, pero al César lo que es de él. Por lo mismo, comparar a Sánchez Besa con Merino Benítez (y Godoy y Rosenmann lo hacen) es similar a querer medir peras con manzanas y eso, en el fondo, es de una ignorancia delatora.

Es que suele suceder que de tiempo en tiempo tenemos que presenciar a algunos iluminados que desean obtener algo de protagonismo. Ayer fueron diversos políticos o alguna desconocida sociedad de escritores; hoy es una pareja de videístas. Claro, es cierto, en el pedir no hay engaño y cada cual puede opinar lo que se le venga en gana, pero no quieran hacernos comulgar con ruedas de carreta, ni vengan a decirnos que han descubierto la conveniencia de la rueda cuadrada y que, además, el Presidente de la República debe enterarse convenientemente de aquello. Señores: un poquito menos de demagogia y/o entusiasmo irreflexivo y un poquito más de lectura y respeto, por favor.

07 septiembre 2010

Aérospatiale SA.330 Puma en la FACh

Aérospatiale SA.330 Puma en la FACh

Foto, colección A. Jiménez R.
Veamos algunos breves apuntes que tengo acerca de la historia de este helicóptero en su paso por el inventario de la FACh. Primero digamos que fue el único de su tipo empleado por la institución y que, a pesar de que estuvo en Chile por varios años, curiosamente no hay mayor información de él en su paso por esta larga y angosta faja de tierra. Me refiero específicamente al Aérospatiale SA.330C Puma c/n 1181, número de orden H-98, la versión inicial militar de exportación y configurado para su uso por la FACh como transporte VIP.

En cuanto a su fecha de adquisición, la verdad es que los antecedentes que tengo no son concluyentes, pero sí es posible afirmar que la compra se hizo en el primer semestre de 1972. Hacia la primera semana de septiembre del mismo año ya estaba designada la dotación de doce oficiales y suboficiales que viajarían a Marsella, Francia, para hacer durante tres meses los cursos específicos para operar este material.

El helicóptero arribó por mar a Valparaíso el 10 de febrero de 1973. Desde el puerto, un camión de la empresa Transportes Italia y otros tres vehículos de la FACh procedieron a transportar los cajones correspondientes con destino al Grupo 10 en Santiago, donde fue ensamblado. Fue precisamente esta unidad, el Grupo 10 ubicado en Los Cerrillos, donde fue dado de alta en marzo siguiente para ser operado como transporte VIP para la Presidencia de la República y la Comandancia en Jefe de la misma institución. A fines de mayo de 1973, la nave ya había cumplido casi 92 horas de vuelo.


El lector José I. Bertea me indica que esta fotografía de Germán Luer fue hecha en FIDA '82, y no '80 como consigné previamente. El aporte está correcto, como puede verse en el sitio de FIDAE-Extraoficial de Luis Quintana.

Tal vez la más anecdótica historia de este aparato mientras estuvo en manos de la FACh sea la que le ocurrió el sábado 16 de noviembre de 1974, mientras cumplía una comisión de vuelo de traslado del entonces comandante en jefe general Gustavo Leigh y su señora. La aeronave había despegado desde Los Cerrillos con destino a la Escuela de Carabineros, en Providencia, con la misión de recoger a sus dos ilustres pasajeros y llevarlos a la ciudad de Viña del Mar. Luego de unos cuatro minutos de vuelo, y mientras cruzaba la ciudad de Santiago en dirección a la costa, se desprendió la puerta de pasajeros lateral derecha de la aeronave, la que cayó desde 4.000 pies sobre el tendido eléctrico/telefónico público en la calle San Francisco; luego de rebotar sobre los cables –los que cortó limpiamente–, la bendita puerta fue finalmente a caer sobre el inmueble signado con el número 1043 de esa céntrica calle. Casualmente pasaba por ahí un conscripto del Grupo 10, el que la recogió como pudo y la fue entregar al Regimiento Blindados N° 2, ubicado en las cercanías, avisando por teléfono de la novedad a la guardia del Grupo 10. El vuelo, sin embargo, continuó hacia la costa por disposición del propio comandante en jefe, donde arribó sin más inconvenientes.

A agosto de 1977 la nave ya acumulaba 441 h/v y se le dio de baja poco después de participar en la segunda FIDA, en 1982. Se comenta que la Aérospatiale lo recompró para venderlo a una fuerza aérea africana, pero desconozco mayores antecedentes al respecto.

02 septiembre 2010

Breve historia del Ñamcu chileno

Un aguilucho que quedó a medio camino...

Demos un vistazo más o menos detallado a la historia de una de las realizaciones de ENAER en la última década del siglo pasado. Me refiero al avión liviano ECH-02 Ñamcu, el que fue un proyecto iniciado en junio de 1986 y asignado al Departamento de Investigación y Desarrollo de la empresa, en una época en que ya se estaban produciendo las primeras unidades de la línea de entrenadores ECH-51 (T-35) Pillán para la FACh. Y como es habitual en este blog, dejamos fuera de revisión los aspectos técnicos del avión, los que están disponibles en la red.

La idea de fondo con el proyecto Ñamcu era desarrollar nuevas capacidades de diseño y experimentar con materiales compuestos, esperando ofrecer finalmente al mercado local civil un avión de instrucción liviano y relativamente barato. La oportunidad era interesante desde el punto de vista ingenieril, toda vez que se planteaba la posibilidad de producir un aparato bajo estándares superiores de diseño asistido por computadora (CAD) y se experimentaba por primera vez en el ítem construcción con el empleo de materiales compuestos que ofrecían altos niveles de vida útil, elevadas características aerodinámicas y bajos requerimientos de mantenimiento, entre otros refinamientos. Si bien los EE.UU. proveerían la materia prima, el diseño de estructuras y sistemas sería nacional.

Digamos que, en general, los “materiales compuestos” son aquellos elementos de ingeniería resultantes de la combinación de distintos tipos de resinas con elementos fibrosos de refuerzo (carbono, vidrio, aramídicos). Siendo el producto obtenido un material de características superiores a las propias de aquellos elementos constitutivos individualmente considerados, el empleo de éstos resulta de alto interés en la industria aeronáutica –entre otras– por las características de moldeabilidad, duración, ligereza, bajo peso y efecto retardante ante el fuego, entre otras virtudes.

En resumen, ENAER lograría producir 5 aparatos, y esta es parte de su historia.

Primer avión
La construcción del primer prototipo fue comenzada en ENAER en febrero de 1987, registrándose como propiedad de la empresa con la matrícula civil particular CC-PZI el 31 de marzo de 1989. Su primer vuelo se produjo el 8 de mayo siguiente, siendo llevado a la feria de Le Bourget en junio y mostrado oficialmente en Chile el 6 de octubre, todo en el mismo año. Su número de construcción (c/n) fue el 001 y su designación de fábrica la ECH-002.
El CC-PZI

La situación de esta aeronave se mantuvo inalterada hasta el 14 de mayo de 1996, fecha en que su registro civil fue cancelado, aduciéndose como causa la de haber sido vendido a la Fuerza Aérea de Chile. Pasó a la FACh, entonces, a contar de junio de 1996, asumiendo el número de orden 181, quedando basado en las instalaciones del Grupo 11 en Los Cerrillos.

Recién llegado al Grupo 11 (I.S.)

A contar del año 2000, el avión 181 pasó a ser renominado como EAGLET (en vez de ÑAMCU), toda vez que ENAER quería ocuparlo como un demostrador en vuelo que tuviera los adelantos propios de la versión EE-10 Eaglet. Esta última versión –basada en el Ñamcu– había sido lograda a contar de 1998 luego de que madurara el proyecto que ENAER venía pensando desde 1992 y en cuyo desarrollo se vieron también involucradas diversas entidades holandesas, como veremos más adelante. Cabe recordar que en la FIDAE 2000 este avión fue exhibido como “181 Eaglet”.

En la base aérea El Bosque (I.S.)


Detalle de cabina del 181 (I.S.)


Detalle de motor del 181; se aprecia una insignia de la Escuadrilla de Vuelo sin Motor (I.S.)


El 181 ya como Eaglet (I.S.)


Formando con un Pillán de la empresa (I.S.)

Para convertirse en Eaglet, el original Ñamcu 181 recibió progresivamente –entonces– una serie de modificaciones en su motor y hélice, acomodaciones interiores, tren de aterrizaje y ruedas, y flaps y aviónica propios ya de la versión EE-10 Eaglet desarrollada en conjunto por ENAER y sus socios holandeses. El 3 de julio de 2001 este aparato abandonó su número militar y fue rematriculado como CC-PZC y a nombre de ENAER. Actualmente, este avión puede verse en exposición en el Museo Nacional de Aeronáutica y del Espacio.


En el MNAE (I.S.)


En El Bosque (foto, ENAER)

Segundo avión
Éste, el segundo prototipo del Ñamcu, fue terminado de construir en el año 1990, tuvo el c/n 002 y su matrícula original fue la CC-PZJ, asignada el 9 de abril del mismo año.

Luego de ser presentado en el salón de Farnborough ‘90, estando en Inglaterra hizo una demostración privada (piloto chileno y otro europeo) en la cual experimentó el efecto de flutter, logrando aterrizar poco antes de quebrarse enteramente la sección trasera. Cuando ocurrió este hecho, el aparato sumaba ya 150 horas de vuelo y afortunadamente no hubo victimas. Sus restos se usaron luego intensivamente para investigación estructural y su cabina quedó de uso para mock-up en EuroEnaer (una empresa de la segunda mitad de los años ’90, abocada al proyecto EE-10) y también para su empleo en investigaciones y pruebas destructivas, estudio de dinámicas de choque y colisiones, mejor configuración de butacas, efectos por capotajes, etc.


El CC-PZJ en Europa

Tercer avión: malas noticias
Este tercer prototipo del Ñamcu fue fabricado también por ENAER. Su matrícula fue la CC-PZK (c/n 003), asignada el 28 de octubre de 1991. Tres circunstancias marcaron la vida de este avión (y del proyecto en general):

La primera fue que el CC-PZK sirvió como base para estudiar la posibilidad de certificar el tipo en Chile como FAR 23 categoría utilitarios. La segunda, y con la idea de promoverlo ante la Fuerza Aérea de Israel como determinador de aptitudes de vuelo, este aparato recibió algunas modificaciones solicitadas por dicha fuerza aérea.

La tercera y más decisiva le ocurrió el 11 de febrero de 1992, cuando se estrelló sobre el fundo San Damián, localidad de Nos, muriendo el comandante de Escuadrilla Francisco Izquierdo Saá. Este accidente acabó con los proyectos asociados al ECH-002, cerrándose en Santiago la oficina Ñamcu y terminándose temporalmente el programa. La matrícula fue cancelada el 2 de abril de 1993.

El cuarto avión y el nuevo proyecto: el kit ÑAMCU y el camino hacia el EUROENAER EE-10 EAGLET
Poco después del accidente que destruyó al CC-PZK, se reflotó la idea del proyecto del avión liviano bajo la idea de venderlo en forma de un conjunto armado en casa/home made kit, con la idea de apuntar al mercado de este tipo existente en los EE.UU., siendo más accesible la certificación en ese país en tal sentido.

El proyecto subsiguiente se denominó Kit Ñamcu. La idea era acceder a un diseño más barato, de soluciones aerodinámicas y de construcción más simples y con un mejor precio de venta. Debido a lo mismo, a comienzos de 1993 se terminó la construcción del cuarto avión, el que recibió la matrícula CC-PZL (c/n 004) el 26 de marzo de ese año y a nombre de ENAER. Luego de las primeras pruebas se le encontraron algunos detalles de diseño, lo que retrasó su presentación en el show de Sun & Fun de Florida de ese año, por lo que entró nuevamente a taller, volviendo a volar en octubre siguiente (1993).


Conjunto de componentes (foto, ENAER)

Luego se subcontrató a un par de empresas chilenas para que entregaran una serie de piezas de materiales compuestos y metálicas, no obteniéndose buenos ni oportunos resultados en el producto final; ante esto, ENAER debió asumir entonces las labores encargadas a dichos subcontratistas, más la producción de las piezas propias de la responsabilidad de la empresa. Luego de eso, el aparato fue a EE.UU. junto a un kit, y estuvo siendo promocionado en Florida por el piloto Harry Hayman.


Como 182 en el Grupo 11 (I.S.)

En 1994 se contrata con el holandés Jan Van Toorn, un antiguo comerciante aeronáutico ligado a la casa Piper, quien ofrece mandar el kit a Holanda, promocionarlo y venderlo. En 1996 llega a Chile un grupo de ejecutivos holandeses para comenzar los trámites de certificación en su país. La idea conjunta entre ENAER y los ejecutivos holandeses fue la de fundar una empresa independiente en los Países Bajos que pudiera emprender el llamado PROYECTO EAGLET. En febrero de 1997 viajan a Holanda ejecutivos chilenos con las carpetas del Proyecto Ñamcu; poco después, se funda la joint-venture EUROENAER.


El 182 con la insignia del Grupo 11, en El Bosque

Mientras eso acontecía con el kit Ñamcu y la idea en general, el avión CC-PZL seguía otro camino: en junio de 1996 pasaba a la FACh como 182 y quedaba basado en el Grupo 11 junto a su hermano el 181 (ex CC-PZI); formalmente, la inscripción como CC-PZL se canceló el 31 de mayo de 1996. Pronto este avión tendría rol protagónico en el nacimiento del EE-10 EAGLET.

Continuando con el proyecto general, en febrero de 1997 personal chileno se dirige a Holanda para entregar documentación técnica del Proyecto Ñamcu.


El 182 en Los Cerrillos (I.S.)

En febrero de 1998 el avión CC-PZL/182 se iría embalado a Holanda, donde tendría un importante papel en el conjunto del proyecto, como veremos a continuación.

El nacimiento de EUROENAER
En 1997, una vez que se solucionaran los aspectos básicos de ingeniería y financiamiento, se creó EUROENAER, basada en el aeropuerto de Den Helder, y cuyos objetivos eran, en general producir análisis y diseño estructural, diseño de productos y producción de tecnología aeronáutica. La empresa estuvo organizada de acuerdo a los requerimientos JAA 21 (Joint Aviation Authorities) y se certificó así como una organización de diseño y organización de producción, como presupuesto para conseguir certificado de tipo del diseño del avión. Posteriormente se buscaría conseguir la certificación FAA, al punto de que, paralelamente con el trabajo con los holandeses, llegaron a Holanda inspectores estadiunidenses con los cuales algo logró avanzarse usando para esto el CC-PZL.

Los aportes monetarios provinieron de varios inversionistas europeos y otros institutos que se vincularon con el Proyecto Eaglet.

1) ENAER aportó el 21% del capital;

2) El Aerospace Business Group (perteneciente a Hein Langendijk), llegó a tener el 51% de la empresa;

3) TIFAN (un fondo formado por universidades y bancos locales) y el holding Thresoor Bunshoten, un 10%;

4) Una serie de otros inversionistas pequeños, como Jan Van Toorn.

En cuanto a instituciones técnico-académicas que estaban apoyando el proyecto, conocemos a las siguientes:

1) Facultad de Ingeniería Aeroespacial de la Universidad Tecnológica de Delft;

2) El Dutch Technical Research Institute / Centre of Lightweight Structures (TNO), expertos en el área el proyecto VISA – Vacuum Injection Small Aircraft, por sobre el concepto predominante de Resin Transfer Moulding RTM. Este último sistema fue usado para la construcción del nuevo timón en cuerno.

3) Como contratista del proyecto en Holanda también participaría la compañía Gamely Renegade Aircraft CV (GRA-CV) [una compañía del Grupo K3C], la que diseñó y construyó moldes de producción para el parabrisas, panel central y columna, flaps y slots, montura del compás, instrumentos dummy, y varias otras pequeñas partes. Asimismo, estableció las facilidades para las pruebas de diseño del ala (aunque los parabrisas y las puertas fueron fabricadas efectivamente por Mecaplex, de Suiza).

El CC-PZL/182 se va a Holanda
Como adelantamos poco más atrás, en febrero de 1998 el avión CC-PZL/182 se iría embalado a Holanda, donde recibió una serie de mejoras con vistas a participar en forma protagónica del nacimiento del producto estrella del joint venture chileno-holandés. Algunas de estas mejoras fueron:

El ex CC-PZL en Europa

1) Motor más poderoso [145 shp a 2.450 RPM como poder continuo O-320-D2A [y 160 shp a 2.700 RPM por 5 minutos], reemplazando al 115 hp Textron Lycoming O-235-N2C);

2) Cabina de diseño ergonómico y ampliada;

3) Rediseño de las superficies de control (flaps) y timón de dirección;

4)Nueva hélice, flaps, sistema TRIM, sistemas menores en los cierres de puerta y capó.


Imagen reciente del ex CC-PZL

El CC-PZL/182 se convirtió así entonces en el primer Eaglet (o semi Eaglet), para apoyar la certificación como JAR 23 categoría utilitario (para aviones privados menores de 5.670 Kg / 12.500 libras [y habilitado para maniobras tales como 8 flojo, chandelas, steep turn, etc.]. La idea de apurar los trámites con el uso del CC-PZL fue ganar tiempo teniendo un avión allá e ir efectuando las mejoras en terreno para obtener el certificado de tipo.


Imagen reciente del ex CC-PZL

En Holanda el CC-PZL/182 (004) se matriculó como PH-EAG bajo la designación Euro-Enaer EE-10 Eaglet, a contar de abril de 1998, y a nombre del Euro-Enaer Holding BV, Den Helder.

Finalmente, digamos que cuando EuroEnaer quebró en febrero de 2000, como veremos más adelante, la Universidad de Delft se hizo de este avión, manteniendo la matrícula bajo el dueño TU Delft Faculteit Lucht-en Ruimtevaarttechniek, en Delft e inscrita en julio de 2002. Bajo este nuevo estatus fue utilizado como base para el desarrollo de otros proyectos, por ejemplo la instalación de un sistema fly-by-wire en el control de vuelo básico, el que ofrecería directas ventajas de control de maniobras, pero sobre todo un mejoramiento global de sus condiciones de vuelo por la vía de simplificar el entrenamiento de pilotos. Probablemente la instalación de dichos sistemas habría significado penalizar el aparato con pesos nuevos y reducción de la carga de pago, mediante la llegada de nuevas fuentes de poder actuadores eléctricos y/o hidráulicos, computadoras de control de vuelo, y redundancia de sistemas, aumentando también los costos operacionales. Este proyecto, sin embargo, fue cancelado pronto, aunque el avión continúa en Holanda, como es posible apreciar en las fotografías mostradas acá.


Imagen reciente del ex CC-PZL


Antes de la quiebra de EuroEnaer


Antes de la quiebra de EuroEnaer

Quinto avión: el EUROENAER EAGLET
Luego de los avances obtenidos con el CC-PZL/182 modificado, durante 1998 comenzó en Chile la fabricación de primer Eaglet propiamente tal, el que recibiría el c/n 005. Esto se hizo siguiendo las especificaciones europeas –para lo cual ENAER debió hacer un notable esfuerzo para elevar sus estándares de manejo de materiales compuestos–. Aquí en Chile se construyó la estructura completa, correspondiéndole a EuroEnaer el ensamblaje en Holanda y la instalación de los sistemas de cabina y asientos. La construcción del 005 en Chile se hizo prácticamente en tiempo real con información llegada desde Holanda, para lo cual se usó mucho correo electrónico e internet, validación de diseños, planos, especificaciones, todas puestas en práctica en el terreno mismo.


El avión c/n 005 en Europa

Una vez terminado, este avión se fue a Holanda durante el año 2000, completándose allá de acuerdo a los planes originales. Se hicieron en él las pruebas de vuelo para cumplir las certificaciones que faltaba lograr con el modificado CC-PZL. Incorporó como propias las modificaciones que ya se habían hecho en el CC-PZL y CC-PZK, como motor más poderoso, nueva hélice, posibilidad minimizada de estrellamiento y un nuevo diseño de cabina provisto por TU Delft (en general, aplicaciones de diseño en la estructura bajo el piso de los pilotos, tren de aterrizaje reforzado, asientos y respaldos, sistema hidráulico y de combustible; los experimentos resultaban caros con estructura reales, por lo que se utiliaron principalmente simulaciones numéricas y con elementos biomecánicos). En Europa fue matriculado como Euro-Enaer EE-10 Eaglet PH-ABG (c/n 005) en noviembre de 2000 y a nombre del Euro-Enaer Holding BV, en Den Helder.

La vinculación de EuroEnaer con la RLD (Rijksluchtvaartdienst, la DGAC holandesa) determinó que dicha empresa se encargara del ensamble final y certificación, además de proveer motores, accesorios, pintura e interiores. Por su parte, ENAER entregaría toda la estructura del avión. Entiendo que hubo un acuerdo RLD / DGAC Chile para que nuestra DGAC actuara en representación de la RLD para certificar como organización de producción para la aviación civil a ENAER –y sólo para el producto Eaglet– y llegara así el producto chileno con tarjeta de exportación y aeronavegabilidad ya autorizado por la RLD.


Vuelo del Euro-Enaer EE-10 Eaglet PH-ABG (c/n 005)

El diseño Eaglet recibió la certificación de tipo JAR 23 el 13 de julio de 2001, la que se buscaba desde 1998 con el Lima para requerimiento FAR 23.

Habitualmente se menciona que la certificación final de diseño y los derechos de fabricación se trabaron más tiempo del deseado, y que durante esta demora EuroEnaer empezó con dificultades financieras que la hicieron ir hacia la bancarrota. Adicionalmente, la contratista participante Gamely Renegade Aircraft CV (GRA-CV), mencionada más atrás, en 2001 proporcionó problemas adicionales al proyecto por la vía de alegar la protección de sus derechos relacionados con el Eaglet y amenazó con demandas judiciales a quienes se aprovecharan de tales diseños, entre ellos específicamente a las compañías relacionadas con el Eaglet.

Esquema de simulación gráfica

Finalmente, EuroEnaer quiebra en febrero de 2002 y queda suspendida la certificación de diseño y producción y junto con ello cae el valor del certificado de tipo de aeronave. Luego ENAER compró lo que quedaba del joint venture y quedó pendiente de estudio la alternativa para revalidar la certificación de tipo en Holanda (constituir una nueva empresa allá, asociarse con Delft, etc.).

En agosto de 2002, el único EAGLET construido, nuestro c/n 005, fue retornado a la planta de El Bosque. Una vez en Chile, el 27 de noviembre de 2002 fue matriculado CC-PBZ como EuroEnaer EE-10 (c/n 005), y el título de dominio a favor de ENAER fue formalmente una compraventa al EUROENAER Holding BV según contrato protocolizado en Santiago el 18 de noviembre.


El CC-PBZ en una FIDAE (foto, sitio Fidae-Extraoficial)


El CC-PBZ en ENAER (foto, ENAER)

El mock-up 007
Durante la FIDAE 2000 una célula no terminada y armada con piezas sobrantes, pero habilitada para presentación, fue expuesta con la matrícula de fantasía CC-OO7. También fue expuesto estático el CC-PZI.


En FIDAE (I.S.)

Finalmente, el proyecto fue olvidado y es evidente que con la gran cantidad de aparatos similares que ofrece hoy el mercado internacional, su futuro –si es que tiene alguno– es muy complicado (y desconozco realmente si es que ENAER tiene abierta alguna carpeta para dicho avión). Lo que sí es interesante es darle un vistazo al DAR 08 (disponible en el sitio www.dgac.cl), para elaborar algo relativo a algunas posibilidades técnicas del aparato, principalmente en lo necesario que resultaría pedir el Certificado Tipo. Por ahora, entiendo que si es que el Eaglet todavía vuela, lo hace provisto de un Certificado de Aeronave Experimental, restringido sólo a operaciones de marketing, pruebas y vuelos restringidos, pero nada de instrucción ni para obtener lucro con él.

Una maqueta del Ñamcu-Eaglet utilizada en una reciente FIDAE para promocionar el uso de un aparato FLIR subalar, algo que ENAER viene haciendo sin éxito en distintos aparatos desde hace varios años (I.S.)

01 agosto 2010

Interesante crónica

Para historiar y comer pescado...

¿Ha pasado inadvertida la crónica publicada el viernes 30 de julio por el diario La Tercera en su página 24? En ella, que habla del centenario del primer vuelo de un más pesado que el aire en Chile, su autor –Manuel Valencia– consigna una versión sostenida por Ricardo Copetta, bisnieto de César Copetta, uno de los dos hermanos que hicieron el que es considerado el primer vuelo de un avión en el país. En dicha versión, el descendiente sostiene que el primer vuelo de su pariente en 1910 habría sido el 20 de agosto, y no el 21 como figura difundidamente hasta el día de hoy. Lo acontecido ese 20 de agosto se atribuye a la ansiedad de los pioneros por probar el aparato Voisin de 50 hp que David Echeverría Valdés y Miguel Covarrubias Valdés habían traído a Santiago poco antes para hacerlo participar en las celebraciones del centenario que tendrían lugar algunas semanas después. “Fue un vuelo corto de 10 metros por uno de altura, pero en rigor constituyó el primero que se realizaba en cielo chileno”… “La historia formó parte de largas conversaciones de sobremesa que escuché en la casa de mi abuelo los domingos. De alguna manera, fui grabándolas en la cabeza…”, sostiene, según el periódico, Ricardo Copetta.

A ver… el tema sin duda es interesante, principalmente porque hasta ahora la fecha que ha sido consignada para fijar en la historia el trascendente hecho del primer vuelo de un avión en Chile ha sido precisamente el 21 de agosto de 1910. Todas las celebraciones, todos los escritos, giran en torno a ella. Desconozco si es que alguien en Chile ha recogido alguna versión como la publicada por La Tercera, aunque lo dudo.

La obra “Historia Aeronáutica de Chile”, de Enrique Flores Álvarez, el principal –y casi exclusivo– historiador de aviación chileno de la primera mitad del siglo XX, y que en 1950 fue declarada “Texto Oficial de la Aviación Nacional” por decreto supremo de Gabriel González Videla, no dice nada al respecto que avale la versión del descendiente de Copetta. Es más, sostiene explícitamente que el primer vuelo fue el 21 de agosto de 1910 y que César Copetta no había volado “jamás antes en su vida”. Lo que ocurrió ese día es ampliamente conocido en el ambiente aeronáutico, así es que no vale la pena profundizar. Desde Flores en adelante, todas las publicaciones nacionales sostienen lo mismo, incluso versiones oficiales institucionales.

No es que lo que haya dicho Flores tenga que ser “la verdad revelada”. Si bien su trabajo es notable (algo así como el regulandum regulatis de estas lides), sus errores u omisiones no son precisamente pocos, aunque en nada desmerecen su obra; gracias a ella, hoy tenemos un relato de primera mano -y muy bien escrito- sobre asuntos de gran importancia y de los que, sin su trabajo, prácticamente no existiría cuenta o sería muy difícil su rastreo. Pero… ¿se equivocó -o se apresuró- Flores acá? (y, con él, todo el resto, incluyéndome). Difícil saberlo de buenas a primeras. Lo cierto es que Flores en la década de los '40 estaba en su apogeo como oficial de la FACh y escritor (ya había publicado dos volúmenes de su magnífico “Historia de la Aviación en Chile”, en 1933 y 1934), y nadie le hacía el peso en estas materias (aunque nuestra historia aérea a nadie le importaba mucho, a juzgar por lo no-escrito en esos tiempos). Y Flores sin duda conoció a Copetta, pionero que falleció el 27 de octubre de 1940 en un accidente de aviación en Los Cerrillos. Curioso que nunca consignara una versión parecida a la de Ricardo Copetta, que yo sepa.

El hecho, a mi juicio, es que el caso ahora es “Historia de Chile vs. Ricardo Copetta”. Habiendo sido fijada por la historia nacional que el primer vuelo fue el 21 de agosto, día en el que ocurrieron determinados y pormenorizados acontecimientos, resulta ahora que pudo haber sido un día antes. Que haya sido un vuelo corto, casual o quizá inevitable (por lo que se dice en la crónica) no le quita mérito alguno, considerando incluso las características del propio primer vuelo de los Wright en 1903 o de Santos-Dumont después, o tantos otros, donde nada parece haber ocurrido muy planeadamente. Además, nadie hasta ahora -ni Ricardo Copetta- puede dar fe de lo que ocurrió realmente ese día, por lo que si fueron 10 x 1 metros, o 20 x 2, o lo que sea que haya ocurrido a nivel de circunstancias, está por verse.

Y en honor a la verdad, yo mismo nunca he investigado bien los pormenores de lo que pasó aquel 21 de agosto de 1910, dando cómodamente por sentado aquello que todas las versiones dicen que ocurrió. Probablemente algo aparezca en la prensa de la época, alguna referencia que avale la versión de Ricardo Copetta, un comentario al pasar hecho por César o Félix luego de su vuelo del 21 de agosto. Vamos a ver qué encontramos, con la mente abierta, como siempre.

Sin embargo, no deja de ser cierto aquello de que la memoria suele ser frágil y es posible que al propio Ricardo Copetta la suya le esté haciendo una jugarreta. Porque convengamos que es complicado –aunque sin duda no inhabilitante– sostener algo de tanta importancia como la oportunidad del primer vuelo de un avión en Chile, basado en antiguas conversaciones de sobremesa o recuerdos que se tratan de fijar a la memoria, como él mismo lo ha dicho al diario local. ¿Vamos a modificar todo porque ahora hay "una nueva versión"? ¡Hombre! ¡A hacerlo si es que fue realmente así, qué maravilla!, pero convengamos en que no es facil tragarse el cuento sólo porque el mismísimo bisnieto de Copetta diga que lo escuchó alguna vez y un reportero llegue y la suelte como si nada... Yo mismo he desechado, documentos en mano, montones de versiones orales de conspícuos "aeronáuticos", mismo asunto que debe haberle ocurrido a varios de mis actuales colegas investigadores, sobre todo en esta época en que la mayoría de ellos trabaja seriamente. Asi es que el revisionismo, cuando se pueda.

17 junio 2010

Hemos publicado, XXXVIII


Revista profesional de la USAF
El más reciente número de la publicación Air & Space Power Journal en Español contiene un artículo de mi autoría relativo a la historia y proceso de recuperación del avión LAN 18. Para leer, ir a este enlace.

10 abril 2010

El LAN 18 a punto de debutar


El Mercurio del día de hoy trae una interesante nota de la mano de Iván Martinic relatando algunas novedades relativas al avance del proyecto de restauración del LAN 18 y de su pronto debut en la ceremonia aniversario del Museo el próximo 13 de julio.