Brigada de Aviación del Ejército,
1970-1995
Comandancia en Jefe del Ejército, editor
Este es un trabajo que teníamos olvidado en nuestra biblioteca, pero que por algún motivo pasó hace poco al escritorio. Suficiente como para revisarlo de nuevo y hacer algunas observaciones.
La aviación militar es pionera en Chile, qué duda cabe. Existió desde antes que la aviación naval y desde antes que la FACh. Por lo tanto, su historia es un asunto que no puede estar entregada a cualquier pluma (habiendo algunas que han abordado correctamente lo ocurrido en los primeros tiempos).
Y lamentablemente es justo lo que sucede con este libro editado en 1995 por la Comandancia en Jefe del Ejército, seguramente queriendo resumir la trayectoria de las alas militares. Sin embargo, y siendo éste el primer ejemplar editado oficialmente con tal finalidad (hasta donde tenemos noticia), en sus 101 páginas (muchas de ellas sin texto, pero con abundantes fotos casi sin valor) encontramos tal cantidad de errores y lugares comunes que cualquier aspecto positivo –que debe tener alguno– se eclipsa totalmente. “La Aviación del Ejército, Reseña Histórica” es el primer capítulo, que parte con una cita brevísima a los primeros estudios de 1910; en cinco líneas más se despacha 20 años de historia, para pasar a lo ocurrido en 1959 con la fundación del club aéreo y luego a 1970, con la ídem del Comando de Aviación, cada evento desarrollado en no más de un párrafo, en unas pocas hojas en que los errores de autor, así como la inexistente revisión final, dan cabida a preciosuras como “helicópteros MD-MC Donald Douglas”, “FX-280 Enstrong”, aviones “CN-235 Nurtanio”, los “legendarios Navajos” (de los que, sin embargo, no dice absolutamente nada, amén de dar cuenta de sólo tres de ellos), o el más sutil “Cessna T-41”, bajando de categoría a los superiores Cessna R172K Hawk XP II alguna vez adquiridos por los militares. Entre otras varias perlas similares.
En mínimas páginas aborda 25 años de historia, en los cuales no es posible encontrar mayores detalles acerca de las incorporaciones de material, ni pistas acerca de hechos notables protagonizados por hombres o máquinas. Cero referencias a los sucesos de septiembre de 1973, o a lo acontecido en Coyhaique en 1978 con vistas a la guerra con Argentina, u otras cuestiones de primera importancia. Algunas pistas insuficientes respecto de la unidad de Rancagua, y otras tantas en relación con los Pelotones de Exploración, dan forma a un trabajo que, siendo firmado por un coronel y varios mayores y tenientes coroneles, no hace sino dejar en grave deuda al Ejército con la historia de su aviación de apoyo y combate, un pasivo literario que no ha sido saldado hasta el día de hoy, que sepamos.
En cuanto a las fotos que lo ilustran, hay alguna que podría considerarse valiosa, pero cuya mala calidad de impresión hace desmerecer cualquier esfuerzo por conservar o, simplemente, de arreglar con Photoshop.
El hecho de que aparentemente haya sido editado sólo para la circulación interna no sé si es mérito o defecto, considerando lo anteriormente dicho. Acepto, eso sí, que todo este objetado texto sin duda debe tener alguna explicación (como siempre ocurre cada vez que leemos algún trabajo de patas cortas relativo a nuestra historia aeronáutica), pero ella no es de nuestro conocimiento, lamentablemente. Si no, la consignaríamos para que no se nos acuse de parciales.
La aviación militar es pionera en Chile, qué duda cabe. Existió desde antes que la aviación naval y desde antes que la FACh. Por lo tanto, su historia es un asunto que no puede estar entregada a cualquier pluma (habiendo algunas que han abordado correctamente lo ocurrido en los primeros tiempos).
Y lamentablemente es justo lo que sucede con este libro editado en 1995 por la Comandancia en Jefe del Ejército, seguramente queriendo resumir la trayectoria de las alas militares. Sin embargo, y siendo éste el primer ejemplar editado oficialmente con tal finalidad (hasta donde tenemos noticia), en sus 101 páginas (muchas de ellas sin texto, pero con abundantes fotos casi sin valor) encontramos tal cantidad de errores y lugares comunes que cualquier aspecto positivo –que debe tener alguno– se eclipsa totalmente. “La Aviación del Ejército, Reseña Histórica” es el primer capítulo, que parte con una cita brevísima a los primeros estudios de 1910; en cinco líneas más se despacha 20 años de historia, para pasar a lo ocurrido en 1959 con la fundación del club aéreo y luego a 1970, con la ídem del Comando de Aviación, cada evento desarrollado en no más de un párrafo, en unas pocas hojas en que los errores de autor, así como la inexistente revisión final, dan cabida a preciosuras como “helicópteros MD-MC Donald Douglas”, “FX-280 Enstrong”, aviones “CN-235 Nurtanio”, los “legendarios Navajos” (de los que, sin embargo, no dice absolutamente nada, amén de dar cuenta de sólo tres de ellos), o el más sutil “Cessna T-41”, bajando de categoría a los superiores Cessna R172K Hawk XP II alguna vez adquiridos por los militares. Entre otras varias perlas similares.
En mínimas páginas aborda 25 años de historia, en los cuales no es posible encontrar mayores detalles acerca de las incorporaciones de material, ni pistas acerca de hechos notables protagonizados por hombres o máquinas. Cero referencias a los sucesos de septiembre de 1973, o a lo acontecido en Coyhaique en 1978 con vistas a la guerra con Argentina, u otras cuestiones de primera importancia. Algunas pistas insuficientes respecto de la unidad de Rancagua, y otras tantas en relación con los Pelotones de Exploración, dan forma a un trabajo que, siendo firmado por un coronel y varios mayores y tenientes coroneles, no hace sino dejar en grave deuda al Ejército con la historia de su aviación de apoyo y combate, un pasivo literario que no ha sido saldado hasta el día de hoy, que sepamos.
En cuanto a las fotos que lo ilustran, hay alguna que podría considerarse valiosa, pero cuya mala calidad de impresión hace desmerecer cualquier esfuerzo por conservar o, simplemente, de arreglar con Photoshop.
El hecho de que aparentemente haya sido editado sólo para la circulación interna no sé si es mérito o defecto, considerando lo anteriormente dicho. Acepto, eso sí, que todo este objetado texto sin duda debe tener alguna explicación (como siempre ocurre cada vez que leemos algún trabajo de patas cortas relativo a nuestra historia aeronáutica), pero ella no es de nuestro conocimiento, lamentablemente. Si no, la consignaríamos para que no se nos acuse de parciales.