Imagen de un Travel Air 12-W (Curtiss-Wright) (foto, Aerofiles.com)
A propósito de algunos de los escritos de este blog, recientemente recibí un halagüeño saludo firmado por Hugo Jara Goldenberg, quien además de ser piloto de un antiguo club aéreo penquista, es un entusiasta de la historia aeronáutica y también un avezado escritor que publica –entre otros medios– en el blog que se puede visitar aquí.
Por lo mismo, quid pro quo, aprovecho para publicar unas notas que desde hace harto tiempo tengo en barbecho (e inmovilizadas sine die), y que dicen relación con algunos aspectos de la vida de los clubes aéreos de la VIII Región, y que ahora encuentran un motivo para (sólo) asomar tímidamente. Como habitual en este blog, los datos son de primera fuente, aunque evidentemente sólo consignan una parte de la historia (pero suficientes para dar el vamos al tema).
Uno de los temas que tienen que ver con el inventario de los aviones que han operado en esa zona se refiere al biplano monomotor Travel Air 12-W (Curtiss-Wright), sobre el cual pueden verse antecedentes generales aquí.
Por lo mismo, quid pro quo, aprovecho para publicar unas notas que desde hace harto tiempo tengo en barbecho (e inmovilizadas sine die), y que dicen relación con algunos aspectos de la vida de los clubes aéreos de la VIII Región, y que ahora encuentran un motivo para (sólo) asomar tímidamente. Como habitual en este blog, los datos son de primera fuente, aunque evidentemente sólo consignan una parte de la historia (pero suficientes para dar el vamos al tema).
Uno de los temas que tienen que ver con el inventario de los aviones que han operado en esa zona se refiere al biplano monomotor Travel Air 12-W (Curtiss-Wright), sobre el cual pueden verse antecedentes generales aquí.
Bautizo del avión Luis A. Acevedo en septiembre de 1941 (foto, Chile Aéreo)
Rastreando en el pasado es posible establecer algunas cosas muy útiles para intentar seguir la pista del paso por Chile de este avión. Una de ellas es que la primera persona natural a cuyo nombre aparece ligada la historia de este interesante aparato es Jorge Verdugo Correa (en el futuro un destacado piloto de la Línea Aérea Nacional), quien el 23 de octubre de 1940 firmó su traspaso al Club Aéreo de Concepción, pasando a ser éste el primer medio aéreo de esa novel corporación aérea deportiva, la que había sido fundada en enero del mismo año. Si bien no manejo datos concluyentes acerca de cómo Verdugo logró hacerse de este avión, ni de si fue él o no el primer dueño nacional, lo cierto es que en el mes señalado el club se hizo del mismo por un título traslaticio de dominio no especificado (es decir, no hay registro de si fue a través de una venta, permuta, donación, dación en pago, etc.).
En abril de 1942 el avión aún lucía su nombre, y aquí se lo ve en una ceremonia de esa fecha en la que se homenajeó a la madre del aviador Acevedo (foto, Chile Aéreo)
En cuanto a la matrícula con la que operó nominalmente para el club a contar de fines de 1940, es probable que hubiera tenido un registro al estilo de lo que hoy es habitual. Es decir, desde hacía varios años anteriores a 1940 que los aviones civiles nacionales ya recibían matrículas específicas antecedidas del código de nacionalidad CC, aunque sólo a contar de agosto de 1942 la autoridad comenzó a sistematizar ordenadamente y a llevar un registro cronológico y ordenado de las identidades de nuestros aeroplanos. Sin embargo, parece ser más cercano a la realidad el que –siguiendo una práctica que todavía se daba en esa época– el avión no recibiera registro CC-/// y sólo operara con el nombre propio con que fue conocido desde su arribo a la ciudad, como veremos ahora.
El hecho de que este biplano comenzara a surcar los cielos penquistas causó naturalmente la atención de la prensa local y también de algún medio santiaguino. El diario El Sur, de Concepción, publicó el 10 de septiembre de 1941 una crónica destacando que el avión, luego de haber estado en Santiago sometido a trabajos de puesta a punto, volvía a la ciudad para participar activamente en un festival aéreo a realizarse en el aeródromo de Hualpencillo el domingo 14 siguiente. En esta jornada se procedería a inaugurar el uso del aeroplano y a su bautizo como Luis A. Acevedo, en recuerdo del fallecido aviador civil. Ese domingo el avión realizó vuelos populares a cargo del teniente Roberto Araya, instructor del club aéreo. En general, las ediciones de ese periódico de hasta el 15 de septiembre de 1941 son bastante pródigas en cuanto a dar detalles de esos eventos, incluyendo algunas fotos. Como fuera, el avión recibió en el timón la leyenda “C.A. de Concepción” y en el fuselaje lateral la “Luis A. Acevedo”. Una cobertura similar de los hechos hizo la tradicional revista Chile Aéreo, la que en su número de enero-mayo de 1942 le dedicó algunas páginas al reporte del bautizo del avión ocurrido en el año anterior, y al homenaje efectuado en abril de 1942 a la madre del aviador Acevedo.
¿Por cuanto tiempo posterior a abril de 1942 el biplano lució tales marcas? Lo desconozco, aunque el 31 de agosto de 1942 ya aparece registrado como CC-XAS 3, precisamente bajo propiedad del club aéreo. En este asiento –si bien se dejó establecida la procedencia desde el aviador Verdugo en el año 1940– no figuran otros datos de capital importancia (historial anterior, cadena sucesiva de los títulos de dominio, dineros involucrados, motor, características, etc.), por lo que podemos afirmar que el Registro no nos proporciona más datos útiles, lamentablemente. Obviamente sería interesante rastrear en Concepción algún archivo que tenga la foto de este aeroplano con las marcas CC-XAS 3.
Aún en manos del club aéreo, nuestro protagonista pasó a ser CC-SCA 0013 el 31 de diciembre de 1945, de acuerdo a las exigencias planteadas por una disposición general dictada por la autoridad aeronáutica en septiembre de ese mismo año y que reordenaba el tema de las matriculaciones existentes a esa fecha.
El 16 de mayo de 1949, el Club Aéreo de Concepción oficializó la venta de este avión a su similar Club Aéreo Universidad de Concepción (fundado en agosto de 1946) por la suma de $40.000, trato que quedó consignado en una escritura pública suscrita ante el notario penquista Jorge Silva Gavilán (dato este último muy interesante, pues en el Archivo Judicial de esa ciudad debería estar el original de este documento, el que podría proporcionar otros datos igualmente valiosos). En manos de su nuevo dueño, y a contar del 1 de septiembre del mismo año, el aeroplano pasó a registrarse como CC-SZB 0013.
Así quedó el CC-SZB 0013 luego de su accidente el 26 de agosto de 1950 (foto, DGAC)
El fin del CC-SZB 0013 llegó el 26 de agosto de 1950 mientras realizaba un vuelo Concepción–Talca–Santiago. A las 17.40 horas de ese día, y mientras despegaba desde el fundo Huemul, 30 Km al noreste de Curicó, una mala maniobra lo hizo chocar contra un árbol, capotando totalmente y quedando muy dañado en el tren aterrizaje, hélice, todas las alas, nariz y anillo del motor. El informe del accidente es muy interesante, pues el inspector a cargo se preocupó de dejar constancia de datos que no figuraban en el propio Registro de Aeronaves: consignó que era un aeroplano “Curtiss Travel Air Modelo 12W”, y que su número de serie era el 2019. El piloto al momento del accidente era Shafik Pualuan Talhouk, quien resultó ileso, y que además tenía una experiencia de 248 horas de vuelo.
Finalmente, la matrícula del avión fue cancelada por la Resolución Nº 10 de la Dirección de Aeronáutica de 23 de abril de 1952, haciéndose mención que la causa de la misma era “por accidente”. Se refería precisamente al hecho de agosto de 1950.